Necesitamos resultados. Las organizaciones, salvo que seamos una ONG, necesitamos ser competitivas para poder sobrevivir, más aún en estos tiempos llenos de incertidumbre y esto implica conseguir buenos resultados.
Pero los resultados (resulta-de) son la consecuencia. La consecuencia de lo que hemos “sembrado”, es decir, de cómo estamos desempeñando nuestros procesos y cómo estamos gestionando nuestra organización.
Por ello si queremos resultados debemos prestar más atención; primero a nuestros métodos de trabajo y sobre todo a los comportamientos de las personas de la organización que son los responsables y líderes de dichos procesos.
Sólo así conseguiremos que además de que los resultados lleguen, que estos sean sostenibles en el tiempo y por tanto se consoliden en lugar de ser un espejismo.
¿Qué métodos de trabajo y que sistemática para “cómo mejorar” dichos métodos tenemos en nuestra organización?
¡Cómo lo consigo es más importante que cuánto consigo!